Todos podemos reducir nuestro impacto en el mundo y por eso te proponemos ideas para llevar una vida más sustentable.
Sustentabilidad es una palabra grande. Pero en lo referente a nuestras acciones, si todos pusiéramos nuestro granito de arena, sumaría mucho.
Lo que consumimos en nuestros hogares puede tener repercusiones directas en los ecosistemas más grandes y vitales del mundo y lo único que necesitaríamos para cambiar la devastadora pérdida de especies y biodiversidad es pasar a la acción.
Prestando especial atención al cambio climático, la sustentabilidad y la pérdida de biodiversidad, se trata de una oportunidad para que líderes mundiales, científicos y ecologistas acuerden acciones globales y coordinadas.
En un planeta fatigado por una pandemia mundial, puede que esta no parezca la preocupación más primordial, pero en realidad la salud de nuestro mundo y la aparición de enfermedades como el COVID-19 están relacionadas de más formas de las que nos imaginamos.
Todos y cada uno de nosotros tenemos la capacidad de crear un cambio positivo mediante las decisiones que tomamos cada día: te proponemos algunas maneras de empezar.
Comprá menos
De todas las materias primas que extraemos de la naturaleza y convertimos en productos, aproximadamente dos tercios acaban convertidas en residuos.
Por tanto, la salud del planeta depende de que todos compremos de forma sostenible aquello que necesitamos y lo reutilicemos cuando hayamos terminado.
La forma de un futuro exitoso y sostenible es redonda: una economía circular en la que utilizamos los recursos con moderación y reciclamos constantemente.
Consumí más plantas
Se prevé que el mercado mundial de alternativas a la carne supere los 5.700 millones de dólares para 2025 y los productos de origen vegetal están atrayendo incluso a los más amantes de la carne, que se preocupan por su bienestar personal y el de los animales.
Esto, unido al elevado costo ambiental de su producción, hace que reducir el consumo de carne y productos lácteos sea una de las formas más eficaces de limitar nuestra huella ecológica, además de sus posibles beneficios para la salud.
Reducí el gasto de electricidad
Planteate cambiar a una empresa o cooperativa de energía verde. También podés instalar un contador inteligente para gestionar y vigilar tu gasto de energía y reducir las emisiones de carbono.
Pícnics sin plástico
Producimos 300 millones de toneladas de plástico cada año: el peso aproximado de toda la población humana.
Ante esta realidad, la Organización de Conservación Marina Ocean Generation aspira a abordar este tsunami de residuos plásticos con consejos fáciles de seguir en su Picnic Without Plastic Challenge.
Solo se recicla en torno al 9% de los residuos plásticos y el resto acaba en los basureros, los ríos o el mar.
“Cada vez que el plástico atraviesa el sistema, se recicla con cada vez menos calidad hasta que finalmente no puede reciclarse y se quema o se entierra”, explica Jo Ruxton, fundadora de Ocean Generation.
“Por desgracia, no podemos salir de esta crisis ambiental reciclando”. Así que tratá de llevar una taza, una botella de agua y cubiertos reutilizables cuando comas fuera.
Limpieza verde
Nunca había sido más importante que ahora tener una casa limpia, pero no necesitás emplear un arsenal de productos tóxicos para mantenerla impoluta.
Los supermercados están hasta arriba de productos de limpieza envasados en plástico que están llenos de sustancias químicas potencialmente perjudiciales para la salud de los humanos y el planeta.
Cambiá por bicarbonato de sodio o vinagre para limpiar inodoros y desagües, o pasate a productos de limpieza más suaves para la cocina y el baño comprando en una empresa responsable con el medio ambiente.
Analizá tus inversiones
Quizá ahora te hayas centrado en reducir tu huella de carbono, pero ¿estás contribuyendo sin saberlo a empresas contaminantes y poco éticas a través de tus inversiones de futuro?
Informate de cómo se gasta tu dinero y fomentá las inversiones éticas.
Gestioná las microfibras
El mar de plástico que aparece en las playas de todo el mundo no es lo único que perjudica al medioambiente.
Durante el ciclo de lavado en casa, los materiales sintéticos desprenden unas 700.000 microfibras: partículas de plástico diminutas que no se capturan en los sistemas de filtración actuales y acaban en los océanos, donde son ingeridas por organismos acuáticos.
Utilizar una bolsa de lavado también puede ayudar, ya que reduce el desprendimiento de fibras sintéticas una meda de un 86% durante un ciclo de lavado.
Belleza sostenible
A todos nos encantan los productos de belleza o de aseo, pero una vez que sabemos qué funciona y qué nos gusta, comprar un recipiente rellenable en lugar de un pote o una bolsa nueva puede ahorrar residuos.
Buscá marcas que se esfuercen por reducir la cantidad de productos que se convierten en residuos o que trabajen de forma proactiva en envases sostenibles; optá por pastillas de champú y gel en lugar de botellas, cuchillas de afeitar reutilizables y desodorantes naturales rellenables, para reducir el uso de plástico.
Librate del papel
Muchas empresas ofrecen la opción de desactivar la recepción de correspondencia en papel. También podés reducir la cantidad de publicidad que te lleva al buzón colocando un adhesivo o un cartel que diga “no se acepta publicidad”.
Mascarillas sostenibles
Justo cuando las regiones del mundo estaban progresando y deshaciéndose de los artículos desechables, comenzó la pandemia de COVID-19 lo que ha provocado un incremento de los plásticos de un solo uso. Se estima que cada mes se utilizan 129.000 millones de mascarillas y 65.000 millones de guantes, así como una montaña de envoltorios protectores.
Las repercusiones se sentirán durante mucho tiempo pero elegir una mascarilla lavable puede ayudar.
Oficina ecológica
Ahora que muchos trabajamos desde casa, la eficiencia de nuestra oficina depende de nosotros.
Reutilizá muebles para tu espacio de trabajo y empleá sistemas de archivado digitales en lugar de llenar las estanterías de documentos.
Reciclá y reutilizá el papel y los sobres, utilizá pilas recargables, bombillas LED e invertí en una zapatilla inteligente que ahorre energía.
Recordá potenciar tu propia eficiencia -y tu felicidad- con una ventana, luz natural y plantas.
Defendé la fauna silvestre
La pandemia de COVID-19 es una de las señales más evidentes de que debemos cambiar cómo tratamos a las criaturas con las que compartimos el planeta.
Las poblaciones mundiales de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces han sufrido un descenso medio de dos tercios en menos de medio siglo.
Nuestros destinos están entrelazados, así que nunca ha habido un momento más importante para defender a aquellos que no tienen voz.
Apoyá las campañas de justicia para la naturaleza, seguí a defensores de la fauna y la flora silvestres en redes sociales e instá a las personas de tu entorno a que hagan lo mismo.
Practicá “Plogging”
Como su nombre indica, esta actividad, nacida de las palabras suecas jogga y plocka upp, que significan respectivamente “correr” y “recoger” es una combinación de correr y recoger basura.
La actividad está cobrando impulso como forma de reducir los residuos plásticos en tu barrio, por incentivo de ponerse en forma y el atractivo en redes sociales de una buena acción, y además sirve para mostrar la magnitud del problema.
Acortar las duchas
A pesar de que lo llamamos “Planeta Azul”, menos del 1% del agua de la Tierra es dulce y accesible.
Una ducha media de cinco minutos, por ejemplo, gasta 45 litros de agua; reducir la duración a la mitad o evitar duplicarla puede repercutir tanto en el ahorro de agua como en el combustible empleado para calentarla.
Reducí los residuos electrónicos
Puede que nuestra obsesión con la tecnología esté impulsando el avance de la humanidad, pero la reducción del costo de los aparatos electrónicos y la cultura de usar y tirar, han convertido a los residuos electrónicos en la corriente de desechos que más rápido crece en el planeta: en 2019, el mundo produjo 53.6 millones de toneladas métricas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
Solo poco más del 17% se recicló y el resto -que contiene una mezcla de materiales peligrosos y valiosos- acabó en basureros o fue desmantelado, normalmente por trabajadores en condiciones precarias. Formá parte de la solución donando los dispositivos electrónicos a organizaciones benéficas o llevándolos a un punto de recogida.
Cultivá tu jardín
Independientemente del tamaño de tu jardín, terraza o espacio exterior, podés aprovecharlo para cultivar alimentos.
También podés transformar tus espacios al aire libre en un refugio para la fauna plantando flores autóctonas que atraigan a los polinizadores, evitando los plaguicidas y creando un compostador.
Cambiá tu forma de viajar
Las restricciones por el COVID-19 podrían haber causado una reducción de casi un 57% de las emisiones de CO2 de los vuelos frente al 2019, pero a medida que las aerolíneas regresan a la normalidad, la aviación supondrá uno de los mayores dilemas éticos para los exploradores responsables con el medioambiente.
Viajar menos pero durante más tiempo, viajar en tren, ferri o bicicleta son otras formas de reducir las huellas de tus aventuras.
Comprá pensando en el planeta
Cuando compres, tené en cuenta de dónde procede la comida. Cuanto más haya viajado, más energía se habrá gastado para el combustible, la refrigeración y el envasado, lo que probablemente incremente las emisiones de combustibles fósiles.
Comprá alimentos locales en mercados de agricultores o de comercios pequeños, o tratá de cultivar tus propias frutas y verduras en casa.
Eliminá los envases innecesarios visitando tiendas de residuo cero en las que puedas rellenar tus propios recipientes.
Cambiá el film plástico por envoltorios de cera de abeja biodegradables.
Moda verde
Cada año se producen mil millones de prendas de ropa a nivel mundial.
Cada segundo, se tira a un basurero o se quema una cantidad de ropa que equivale a la carga total de un camión de basura.
Según las tendencias actuales, para 2050 la industria de la moda utilizará un cuarto del presupuesto de carbono mundial.
Al vivir confinadas, muchas personas han abandonado su obsesión por la ropa, pero si volvés a comprar prendas nuevas, evitá la “moda rápida” y optá por prendas producidas de forma ética y de calidad, fabricadas con materiales de bajo impacto.
Compartí, arreglá, doná, vendé y reciclá todas las prendas viejas que puedas y reutilizá tus joyas viejas.
Electrodomésticos duraderos
El término residuos electrónicos no solo incluye computadoras y teléfonos móviles: muchos de los electrodomésticos del mundo también acaban en basureros.
Obtener piezas de los fabricantes o en tiendas de reparación independientes que arreglen los dispositivos rotos, arreglarlos tú mismo, vender o donar modelos que ya no necesites, comprar muebles antiguos o reparados y apoyar marcas éticas y sostenibles ayudará a evitar que estos objetos acaben en los basureros.
No malgastes
En la actualidad, producimos y compramos 70 veces más que en 1950, el 99% se convierte en residuos en los primeros 12 meses después de la compra.
Recordar las tres erres nunca ha sido más importante: reducir, reutilizar y reciclar.
Dejar de malgastar energía, de malgastar comida, de malgastar plástico y de malgastar tiempo. Este es un mundo valioso y todos podemos utilizar nuestras acciones y nuestra voz para salvar al planeta.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/